Cuento V Parte

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- Es cierto. Pero Gïra te resulta familiar ¿no es verdad? –pregunto Tinê. Lîerg se sonrió.....

- Si pero, era un poco más grande. La soñé antes de despertarme aquí –Lîerg paró de hablar durante unos segundos recordando el sueño – era, era de mi estatura más o menos y, bueno recuerdo que la llamaba Deseo.
- Quizás la deseaste tú alguna vez y la perdiste.
- No se, no puedo recordar nada.

La conversación se detuvo en ese punto. Los tres pensaron detenidamente en Gïra, Deseo para Lîerg.

Y llegó la hora de la charla. En esta hora Ut se encontraba bajo la noche cuando los seres mágicos dormían y las luciérnagas alumbraban a los rezagados. Los seres más sabios de Ut se reunían en el árbol de los pensamientos, un árbol muy antiguo del que su sabía extraían un líquido mágico con el que podían preparar grandes brebajes. Una vez allí reunidos, Kïny presentó a Lîerg como un “indefinido”, ya que a pesar de su nombre y de las pistas que habían encontrado no sabían a ciencia cierta de que tipo de ser se trataba. Entre otras cuestiones debatieron sobre lo que Lîerg podía hacer o no para encontrar lo que buscaba su destino llevándole hasta Ut. Cuando concluyeron la reunión y cada ser se alejaba a su hogar.

- Gïra no estaba ¿verdad? –pregunto Lîerg temiendo no haberla visto.
- No. No estaba. Querida ¿dónde se habrá metido? –interrogó Kïny en susurros pues no quería despertar a un par de duendecillos que dormían bajo una seta del tamaño de un arbusto.
- No lo se. Esto no es normal a ella le encantan estas reuniones. Aprende mucho. –tan preocupada como una madre.
- Quizá se quedó dormida en su árbol. –comentó Kïny a su mujer para evitar que se preocupara.
- Quizá.

Lîerg en esos momentos no supo que decir o hacer. Pero sabía al igual que Tinê, que algo le había sucedido a Gïra. Caminaron los tres hacia la casa Rascu y una vez en la entrada Lîerg observó que a la Luna solo le faltaba un pequeño arquito para estar completa.

- Le falta poco para estar completa. –dijo Kïny.
- Si, quizá mañana lo este. –continuó Lîerg.

A la mañana siguiente, Tinê estaba despierta en la hamaca de la entrada de la casa liada en una enorme manta, cuando apareció Kïny.

- ¿Qué hacer aquí? ¿No estarías esperando a Gïra verdad? –Tinê ni tan siquiera lo miró simplemente asintió mirando al lago de las Alegrías, en el que en una de las rocas salientes del centro se encontraba Raew, peinando su pelo azul y Oiner cantaba la misma melodía de cada mañana.- ¿Y sabes algo?
- No. –de pronto se escuchó un gran estruendo en el interior de la casa que hizo que Oiner se detuviera.

3 Comments

;) sigue asi, pero le faltan los dibujos :P

señorito!!!! en ke kedamos!??! ke si yo lo escribia tu lo ilustrabas nu?!?!! jjajajajajajaa ja tens faena noi! XD


Cucu??? se puede???

Nada que....cuando tenga un ratito de tiempo no demasiado soñoliento (que es el actual) leeré tu cuento, hasta entonces sólo quería decirte que muchas gracias por tus ánimos en mi blog :)

Ta lueguitoooooo

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