Cuento parte VI

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bueno XD aki ta otra parte más...y a ver si acabo los examenes y me pongo en serio que empiezo a delirar! a una kosa mas!!!1

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡SOY TIAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

jajajajajaa eso lo posteare dema!! pero ke konste ke a nasio oy! XD


- No. –de pronto se escuchó un gran estruendo en el interior de la casa que hizo que Oiner se detuviera.

La pareja corrió hacía el interior de la casa buscando el causante del estruendo. Y en el suelo de una de las habitaciones encontraron un duende de las sombras que atravesando la ventana había entrado en la estancia. Estos duendes suelen ser los duendes mascota de seres oscuros. Este, en cuestión era de color marrón, de ojos enormes y amarillentos, resplandecientes como el cristal y el pelo estaba sucio de barro y hojas secas enredadas. En sus cejas se leía la enorme malicia y la oscuridad de su corazón. El duendecillo se erguió, espolsándose los diminutos trocitos de cristal de sus ropas sucias.

- ¡Hola! Mi nombre es Öctek. Soy siervo del Amo Dûlwe. Señor de las sombras de Ut. –mientras hacía una reverencia.
- ¿Y qué es lo que quiere de nosotros el Amo Dûlwe? –dijo Tinê.
- Bueno no es eso exactamente, mi amo tiene algo que vosotros seguramente queráis mucho. –después de decir esto Öctek, el duendecillo de ojos de cristal, se sacó de su bolsillo algo tremendamente diminuto. Que entre las palmas de sus manos sucias y callosas de escarbar en la tierra, tenía un brillo plateado. Se lo aproximó a la altura de la boca y sopló haciendo una estela de brillo mágico que Tinê reconoció, era el de los deseos perdidos.
- …Gïra…-dijo en susurros Kïny – ¿Y que tendremos que hacer para recuperarla, Öctek?
- Bien, es algo realmente sencillo. Sabéis donde podemos encontrar al último Lùrç. –mientras se espolsaba de las manos los restos de polvo mágico.

Mientras Lîerg despertaba por el olor que desprendía el duende. Y sigilosamente se encaminó hacía ese olor. Cuando Lîerg se acercó a la puerta y entre las sombras se asomó. La expresión de total tranquilidad del rostro del duende se convirtió en miedo. Öctek no podía diferenciar la silueta del ser que se asomaba, pero su olfato le decía que no era un ser cualquiera. Los ojos de Lîerg brillaron por el reflejo de los primeros rayos de sol que entraron en la habitación. Öctek comenzó a orar en su lengua, mientras no paraba de mirarlo y caminaba hacía su particular entrada.

- ¡¡Öctek!! –gruñó Lîerg. El duende no esperó ni un segundo, salió despavorido de la casa. Chillando. Y como un topo se adentro en la tierra.

4 Comments

jeje ya te lo he dixo pero enorawena niña ;) y ya sabes tu eres la tia mala

Felicidades tieta loca jejeje. Cuentale muchos cuentos al chiquitin desde ya. :)

jajajajajaj GRACIAS!!! si lo are el primero el suyo propio! ya veras komo mola! XD jajajajaja
voy a ser la tia mas guay del mundo mundial mundero! XD

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