Descuartizaría la piel, rasgaría esa interminable angustia que te corroe. No soporto ver esas patas, tan largas y tus dieciséis ojos mirándome mientras chillas mil sonidos ensordecedores.
Tuve mi tiempo de tolerancia, pero se terminó.
Ahora estoy al borde de un enorme acantilado, con una Araña gigantesca berreando lo insensata que soy por llevar puesta, una sudadera gris cuatro tallas más grande.
Hoy, me has vuelto a lastimar con ese veneno del infierno del qué pensaran.
Poco me queda para saltar, a la locura del huir de tus pensamientos de antiguas costumbres, de mujeres casadas con mi edad.
Sonando: Susumu Yokota - Shinsen
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