LlUeVe

Yo: buenas preguntas para un viajero tan fatigado…pues verás…el Mar, el mar es mi yo interior, la parte de mi que todavía sigue como el primer día que nací, es lo único que queda de mi sin distorsión, sin marcas a fuego por el miedo, por el desencanto, por el desamor y el rencor…-tuve que tragar saliva para poder coger fuerzas y contestarle su segunda pregunta- …el bosque…-inspire como en un suspiro- el bosque es el amor que más daño me a hecho…no puedo recordarlo sin que mi pobre mundo se resienta…lo cuidé con todo…cree este mundo…esta Luna y el sol para él…para que creciera fuerte y sano, y así lo hizo, pero con el tiempo se olvidó que yo le estaba dando todo, que yo existía y se olvidó de cuidarme como yo lo hacia. Me abandonó entre sus árboles…-mantuve un tiempo de silencio, no se si fue mucho o poco, pero se me hizo largo y pesado recordando cuando quería salir del bosque y el árbol despertó y no me lo permitía, dañándome con las palabras que ululaba el viento entre sus ramas. Después de esto vino a mi mente la tercera pregunta-…¿quien es el árbol?...- sonreí y miré el árbol…ahí plantado, la Luna parecía que en ocasiones solo lo iluminaba a él.

De pronto mientras lo miraba comencé a sentir una gran tristeza, como si algo, como si el miedo tomara asiento entre mi pecho. Y la Luna se vió desplazada por unas inmensas nubes negras, inesperadas, que comenzaron a llorar. Regaron todo de lágrimas dulces de la felicidad…desapareció el miedo que había ocupado asiento en mi pecho. Mientras la Luna se hizo un hueco y iluminó al árbol.

Yo: mira parece que llueve felicidad…no son lágrimas tristes, son de felicidad. Pero sigue siendo agua…el dulce agua de la felicidad-reí no pude evitarlo estaba totalmente feliz, empapada de felicidad y de su dulzura.