Siempre estaba encerrada, soñando probarle.
Respiró, no pudo más y se volvió Lobo
Se abalanzó sobre él, le devoró y disfrutó
Su boca sabía a moras, dulces, tiernas, como su lengua carnosa.
Mientras, su rastro seguía apoderándose de Caperucita, su olor seguía dominándola.
Feroz, impasible, probó cada poro de su piel, su cuello perfumado, sus muñecas desnudas, desgarró su abrigo, no podía más, tenía que ser suyo, ese olor
no podía volver a sucumbir a ese olor .
Sonando: U2 - Acrobat
Pues me he quedado con las ganas de seguir leyendo el cuento..
Besos.