Bueno, nunca he hablado de él, de lo maravilloso que es, de lo fenomenal que me trata a pesar de que yo lo he tratado un poco mal.
Así empecé el primer post que hablaba de él. Ayer lo entregué a cambio de uno nuevo, se que se me pasará y todo eso, pero ha sido mi primer coche, mi primer par de alas para corretear por las carreteras y vaya tu por donde, me ha traído aquí, a Granada.
Con él he ido a Benicassim, a ese FIB donde vi a Placebo, a Moby y sentí en la sangre a Miss Kittin; también me ha llevado siempre a mi aeropuerto de mariposas de metal, donde miles de veces he hecho el pavo; me ha llevado a infinidad de sitios, al instituto, al Barrio del Carmen, a la Facultad, y en todos esos sitios a miles de personas que también los ha llevado a alguna otra parte, como aquella noche que Vanessa algo ebria siempre nos guiaba a la discoteca en lugar de a su casa, por mucho de ser consciente de que ya tenia que dormir la mona; o tantas horas que se ha pasado aparcado en la puerta del SantoTo, mientras las Lunas fumábamos y divagábamos sobre todo, o los fines de semana que iba a trabajar y me esperaba para llevarme a casa mientras me fumaba ese ultimo pitillo. Me trajo a Granada tan cargado de maletas
y me costo conducir, pero él lo puso fácil se conocía el camino.
En fin, mil sitios, mil lugares, ahora tendré uno nuevo, pero el siempre habrá sido mi primer todo, aunque lo único que me queda de él son las dos placas de matricula, las llaves y tropecientos recuerdos chulos.
Adeu Cuniget Mâgic.
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