cuento Ix

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En el último capitulo...XD

- Si, mi amo Dûlwe. Y no tenía un buen recuerdo –dijo sonriendo por el odio
- Por eso huiste ¿no? -El duende no pudo ni moverse, solamente asentía un poco nervioso.- vale, en ese caso deberás regresar y saber la respuesta.
- Pero amo…
- Öteck… no te quejes, gracias a mi eres algo más que arena muerta.
- De acuerdo mi señor…-hizo una reverencia y se alejó por donde había llegado.
Cuando se encontraba algo más alejado, desde donde su dueño, no le podía escuchar, comenzó a mal decir y refunfuñar. Apareció Kösuâ, su compañera.

- Hola –dijo Kösuâ - ¿Dónde vas? –dulcemente, el fango con que estaba hecha era en gran parte de Öteck.
- Tengo un encargo del amo.-sin apenas levantar la cabeza para mirarla.
- ¿Te puedo acompañar?- nerviosa, mientras retuerce entre sus dedos un alga de su pelo
- Sabes que no. Todavía el amo no quiere que salgas, no estas preparada para el exterior. –y se marchó por el mismo hueco por el que había aparecido sin para de refunfuñar.

Kösuâ, era dulce, ya que la arena muerta con la que estaba hecha era arena del Lago de las Alegrías. Y se quedó allí plantada, mirando a Öteck.


- Veras Lîerg, Dûlwe, es de los pocos ancianos, que como nosotros quedan en Ut. –comenzó a contar Kinÿ- Dûlwe, quiso adueñarse de los seres del suelo que no poseían mágia como nosotros. Por eso comenzaron las persecuciones entre los seres del mundo. Así que decidimos alejar Ut, para protegerlos.
- Cuando le juzgamos en el Árbol de los pensamientos, encolerizó y le castigamos, le quitamos sus poderes y los enfrascamos, lo custodian las sirenas, puesto que Dûlwe es un ser oscuro y triste, no puede sumergirse en el lago de las Alegrias, siempre foltaría.-explicó Tinê.- el caso es que hace un par de noches, desapareció.

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