Me quedé sentada, contemplándole desde mi sillita de madera. Pero nada, no pasó absolutamente nada. Ni hervía mi sangre, deseando que sufriera, ni se helaba con sus caricias, ante mi indiferencia.
No estoy presa de él. Ya no soy su prisionera. Lo fui, fui la prisionera más dada al sufrimiento de mi historia.
Pero ya no.
Es un baile. La alegría de que nada, ni tan siquiera el sufrimiento me tiene acorralada.
Es un baile, como el vaivén de las olas de mi mundo en creación. De momento me he encontrado entre las olas. La espuma es mi sonrisa eterna y blanca que emerge de la nada y se convierte en sonido.
Estos post son tus mejores; siempre que en el título de alguno de tus post veo puntos suspensivos cierro las demás ventanas y abro más los ojos; después intento leerlo sin respirar.
Me alegro de k ya no seas prisionera mas k de los cuentos a los k das vida y k a su vez avivan la hoguera de kien los lee ;)
Dame una B! dame una E! dame una A! ... :P