Intento sumergirme en el camino de las nubes, pero es tan difícil vagar por el algodón sin encontrar, que me agoto fácilmente.
Pienso que no voy a conseguir nada, que no llego a ningún sitio, ni si quiera a ser pasajero
nada, ni eso.
Mi piel es débil, frágil, gris no recuerda el calor del mínimo beso de amor, de la suave caricia de unos labios tiernos.
Tormenta de miel me arrastra me pega en la ebriedad del desespero por encontrar algo, lo imperceptible de las miradas a escondidas de saber que te están observando, que te siguen donde quieras que vas anhelándote en sueños, deseando poder besarte
Esta vez soy yo la que busca con la mirada, la que anhelo en sueños esos besos
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